samedi, octobre 27, 2007

Yo beto I



“Jamás tuve memoria, por eso me case tres veces con el mismo marido, entre sueño y sueño desperté horrorizado, y de marido cambiaba el rostro, y de rostro cambiaba la ciudad, condenado a repetir errores distintos basados en el mismo principio..”
Botarga 3:16

1º (Y según tu, ahora si)

Todos tenemos deseos de viejo, aquellos deseos que en algún momento, cuando éramos más jóvenes, nos robaron un segundo de la existencia. Esos deseos que perduran, con frecuencia, una vida humana, a veces generaciones enteras, pareciera que aparecen de común en la rutina cotidiana, y así se suceden los días.

¿Que pasa cuando uno de esos deseos del pasado toca a la puerta de manera fortuita años después?

Te remontas al pasado, recordando vividamente los detalles que encandilaron tu visión con detalles fatuos, de un futuro cimentado en el pretérito no ocurrido. Regresas al presente, observas el ecumene de tu existencia, pronuncias un si o un no. De vuelta a la almohada, de pie en la ventana prendes un cigarrillo, tomas el teléfono, lo dejas, inicias la computadora y buscas algunas de esas canciones ya antiguas, de hace tres o cuatro años, recuerdas un poco mas. El cansancio se esfuma, el agotamiento se presenta de manera sorpresiva, y retrocediendo al cuarto de baño a encarar al rostro siempre cambiante del desamparo, los estragos del paso de los años, lleno de preguntas te lavas la cara, aplicas una crema y te dispones a decir:

Est must sein ¿Est must sein? Est must sein!!!

¿Hechar o echarse? ¿Tu a mi? o ¿Yo a ti? ¿Nos echamos?

¿Como decirte que no? Pero… mencionaste: “enamórame primero”, no es que no pretenda enamorar a nadie, de hecho lo disfruto, pero… no gozo verdaderamente enamorando a nadie, disfruto más enamorándome yo, como con el orgasmo, un buen amante hará todo lo posible para que su acompañante de cama llegue al éxtasis, pero siempre procurara el suyo propio, en este ámbito, como en los negocios no hay acciones enteramente altruistas, y yo no pretendo dejar divisas en un territorio emancipado a huevo, a la usanza de Brasil, por las buenas o por las malas, solo soy un turista, un viajero, un embajador, pero no del miedo, ni tampoco de buena voluntad, soy demasiado gringo… y demasiado francés como para llegar e irme con el botín, sin antes dejar arquitectura, lengua, gastronomía, música, pero no hijos. Con el tuyo basta.

2º (Un año más sin ti)

Soy la tempestad y el cielo claro de una tarde de estío.

Soy un pobre pendejo que escribe trescientas líneas cuando solo se han pronunciado tres. Un trovador de sillón que le canta al monitor. Un poeta de cartera, derrochando el crédito, la vida, la suerte… encontrándose solo la final del tranvía, el traje arrugado sin esperanza.

Yo Beto.

Aucun commentaire: